La
piel de los tomates suele ser indigesta para algunas persona, por ello es
necesario pelarlos. Quitarle la piel a los tomates no es una ciencia pero si
tienen que hacerlo en grandes cantidades es necesario conocer algunos
secretitos.
Aquí
les comparto alguna de ellas.
Existen varias maneras de pelar los
tomates
1)
pelarlos directamente con un cuchillo filoso: aquí el problema es que si el tomate está muy maduro o demasiado
blandos esta no es una buena elección, pues si el tomate es muy jugoso perderá
con este método sus nutrientes, vitaminas y minerales junto con sus jugos. Cuando los tomates son muy maduros lo
mejor es escaldarlos como veremos a continuación.
2) hervir en agua caliente y escaldar los tomates: este
método tiene varios pasos:
Poner una
cacerola con agua a hervir.
Poner en un
recipiente con agua y hielo.
Mientras
se calienta el agua hacer un corte en cruz sobre la
base del tomate. El corte debe ser lo más superficial posible,
si corta solo la piel mejor. Un truco para
pelar tomates fácilmente consiste en hacerle unas pequeñas incisiones
superficiales en la piel (en la base del mismo), y meterlo en agua hirviendo
durante 10 segundos, sólo hasta que la piel comience a desprenderse del
fruto. Con un tenedor lo retiramos del
agua y con mucho cuidado lo pelamos con un cuchillo de punta.
Dejar los tomates hirviendo durante 1 minuto. Retirar con espumadera y llevar al recipiente con agua fría y dejar allí un rato hasta que pierdan
la calor. Con un par de minutos será suficiente si el agua está bien fría.
Es necesario dejarlos enfriar
totalmente antes de su utilización. Luego lo enfriamos
introduciéndolo en el recipiente con agua fría. A partir de ese momento, será
mucho más fácil quitarle la piel.
Se busca la parte dónde se ha hecho el
corte y se retira la piel.
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Este es un método muy práctico y rápido para quitarle
la piel al tomate, especialmente cuando son muchos los tomates que necesitamos
pelar para hacer salsas o ensaladas en grandes cantidades.
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Para enfriarlo rápidamente, se lo puede colocar en agua
fría o helada, inmediatamente después de quitarlo del agua hirviendo.
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Sacar los
tomates del agua y ver cómo la piel se ha separado del tomate por si sola y solo queda jalar un poco de ella hasta desprenderla totalmente. De este
modo ya tenemos los tomates totalmente pelados y listos para usar en cualquier
receta.
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Pero si
prefiere los tomates pelados y sin semillas pasa al siguiente paso:
Para
quitar las semillas cortar el tomate en varios trozos
(dependiendo del tamaño del tomate y de la variedad de tomate que usemos) y con
el dedo o con una cuchara separamos las semillas del tomate.
Una cosa
más. quitar centro duro que traen algunos tomates pues que no queda bien luego en la
comida.
El contraste entre el agua caliente y el agua fría hace que la
piel del tomate se separe de la carne. Por eso es muy importante que ese contraste sea muy
brusco y por eso debemos asegurarnos de que el agua caliente esté hirviendo y
de que el agua fría esté helada.
Si no optan por esta forma de quitar las semillas de este paso a paso, queda la opción de pasar el tomate con las
semillas por el pasapurés que retendrá todas las semillas y aprovechará toda la
pulpa del tomate. El inconveniente es que con este sistema el tomate queda triturado y quizás en alguna receta necesiten trozos enteros o más grandes.